¿Cómo se llama la gente adicta a las apuestas?

Bueno, chavales, metiéndonos en el fregado de las apuestas sabemos que hay una línea fina entre ser un crack o acabar tirando billetes al retrete. Los que se pasan del límite tienen un nombre más técnico: ludópatas.

La ludopatía no es una broma y va más allá de ver quién gana el partido hoy. El percal empieza cuando pierdes la noción de la pasta que gastas o te preocupas más por una apuesta perdida que por salir a disfrutar con los colegas.

Ser adicto significa ya no tener control, todo es cuestión de dopamina (y ya me dirás tú, ¿qué carajo tiene que ver eso con disfrutar?). Nos han contado mil historias y probablemente alguna nos suena cercana, pero siempre parece que nosotros estamos lejos hasta que estás preguntándote dónde narices están tus últimos ahorros mientras ves como ese empate en el minuto 93 te hizo quedar mal.

Vale chavalada, podríamos charlar de cuotas imposibles y marcadores sospechosos toda la noche como viejos lobos de mar digital; sin embargo, saber medir bien es clave para jugar tranquilo. No olvides fijarte límites claros antes de entrar en pánico o buscar otra racha ganadora a medianoche cuando igual deberías estar durmiendo plácidamente cual angelito santo… O síguele tentando a perderlo todo mientras descuidas otras cosas igualmente importantes (advertido quedas).