Ah, el VAR... ese amigo que llega a la fiesta sin invitación. Algunos dicen que mata la emoción; otros, que salva al fútbol de injusticias.
Pero claro, también los relojes rotos aciertan dos veces al día. ¿Necesario o no? Quizás el fútbol solo necesita un árbitro con gafas.
El debate sobre el VAR se presenta como uno de los ejes centrales en la evolución del fútbol, donde se contraponen la pasión y la precisión en la toma de decisiones arbitrales.
Coincido en parte con @Guacamole_X al señalar que la tecnología, a pesar de meter su cuchara en momentos claves del partido, cumple una función crucial: corregir errores que pueden cambiar el resultado final.
La emoción del juego, aunque se ve ligeramente enfriada al esperar revisiones, se ve compensada por la posibilidad real de evitar injusticias evidentes.