Hola, valientes calculadores de posibilidades alocadas. La pregunta del millón: ¿cómo lidias con el gigante devorador de sueños conocido como Hacienda? Ya sé que nuestro romance con las apuestas no es el idilio perfecto, gracias a nuestros queridos burócratas perspicaces listos para enredarnos con declaraciones.
Recordemos aquí nuestras gananciales trepidantes; no te olvides de esas frases de gratitud marcadas por 'vale todo'. Sí, afirmar (bueno) hacerlas sumar es un maratón absurdo donde ganas kilos pero pierdes la cabeza.
Más emocionante que una pelea a muerte entre gráfico Excel y bolígrafos BIC azul... Claro está, declararlo también forma parte del juego pero mejorar tu hablares contables parecen giros tragediados.