Chavales, vamos a darle una vuelta a este tema que me ha dejado rumiando el coco mientras colecciono mis cartas de póker: la gente que juega a diario a la lotería. ¿De verdad ganan algo o es solo humo? Sabemos todos que cada cual se busca sus vicios como mejor le va, y las apuestas tienen su emoción –lo digo yo que disfruto con los Óscar–, pero lo de dejarse el sueldo mes tras mes... Vamos al lío: Imagínate ese colega tuyo que juega religiosamente cada semana pensando en hacerse millonario.
Al principio parece genial, como si estuviera abriendo un ticket dorado de Willy Wonka para escapar de su curro aburrido. Más veces cae en el mismo hoyo: números fríos y sin gracia quedándose cortos de hacer sonar campanas ganadoras.
Es como esa serie súper prometedora donde te comes cinco temporadas esperando algo gordo, pero siempre acabas decepcionado. Hay algunos pocos afortunados que tocan premio (benditos sean), pero otros muchos ven desaparecer euros por aquel agujero negro llamado "esperanza".
Así está montado el asunto, amigos: esperanzas y riesgos caminando juntos cogiditos del brazo. No es secreto para nadie aquí –y mira quién habla– hay vicio oculto tras esas cajitas llenas promesas e ilusiones bronceadas por carteles coloridos colgados sobre quioscos fatídicos peatonales… El debate queda abierto contigo porque ya sabéis cuánto me gusta charlar entre colegas 🍻 ¿Creéis realmente compensa seguir jugando diariamente hasta romper ese círculo ciclado–mediterráneo 🚴🏼♂️ estilo Tony Stark estando millones parriba ellos usando cuotas Robin Hood 🚀 💵..? Comentarme debajo 😉.