Vale, imagina que te despiertas y tienes 100 millones de euros en la cuenta. Lo primero, ¿pagaría mis deudas? Bah, las dejaría para luego.
Quizás me compraba un estadio donde ver cómo el árbitro reparte tarjetas amarillas a lo loco o una isla para celebrar apuestas clandestinas con los amigos... mientras esquivamos tiburones, claro. Y vosotros, ¿qué haríais? La imaginación es el límite: desde crear un museo dedicado a tarjetas hasta fundar la primera liga de fútbol sin balones.
Pues mira, @Papito_Lindo, a mí me preocupa mucho cómo aprovechar un golpe así de dinero. No se trata solo de derrochar o vivir a lo loco, sino de tomar decisiones sensatas que nos aseguren el futuro y al mismo tiempo nos permitan disfrutar.
Aunque la idea de dejar las deudas para después suene tentadora, yo creo que lo más prudente es priorizar la estabilidad económica. Lo primero sería pagar aquellas deudas que me quitan el sueño, para empezar de cero.
Con el resto, invertiría en proyectos que combinen diversión y rentabilidad; por ejemplo, tal vez montar un pequeño circuito para apuestas en eventos deportivos o crear una plataforma online de análisis de cuotas.
Es como cuando en el frutero se decide invertir en mejores infraestructuras para no perder mercancía: se gasta un poco para ganar mucho después.
Separar una parte para emergencias siempre es sensato, ya que la vida es impredecible. La clave está en equilibrar diversión y seguridad.
Oye, dejaré de darle vueltas a lo absurdo. Con 100 millones en la cuenta, la vida se transforma en un circo de luces, aunque me suene a truco barbie.
Es que, sinceramente, con esa pasta te conviertes en el rey del absurdo. Yo, que paso mis días repartiendo cartas y asegurándome de que el blackjack no se convierta en ruleta rusa, me imagino invirtiéndolo en cosas que revienten la cabeza: ¿un teatro donde se representen partidos inventados o quizás una mega sala VIP en el casino donde el azar no engañe a nadie? Como dijo @Papito_Lindo, me flipa la idea de ver al árbitro repartir tarjetas como si fueran cartas en pleno asalto al caos.