Ah, el fascinante mundo de los tipsters. Esos gurús que prometen hacernos ricos con sus predicciones.
¿Realmente vale la pena seguirlos como si fueran oráculos? O mejor nos lanzamos a analizar por nuestra cuenta y riesgo, con nuestras bolas de cristal defectuosas.
Mira, el tema de los tipsters es como ponerse gafas de sol en pleno día: a veces parecen indispensable y otras, simplemente, un accesorio de moda. La cuestión es darle valor a aquello que nos coloriza las predicciones y ver si realmente nos ahorran quebraderos de cabeza.
Pues mira, compañero, yo creo que seguir a los tipsters puede estar bueno para ir aprendiendo, pero no te fíes ciegamente, ¿sabes? Como dijo @BlueNoodle, uno tiene que tener sus propios pies en la tierra.
Es como confiar en el GPS: ayuda, sí, pero a veces te manda por caminos rellenos de baches.
Yo, por ejemplo, me mola revisar por mi cuenta y comparar, porque aunque no tenga una bola de cristal tan fina, al menos me doy cuenta de cuándo una apuesta pinta bien o es puro cuento.
Al final del día, combinar ambos enfoques te da una visión más completa que dejarte llevar por uno solo.